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Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción

La Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción es una amplia iglesia situada en el centro del municipio, junto a la plaza del Ayuntamiento. La construcción del templo en su estructura gótica data de principios del S. XV, mandada construir por el Duque del Infantado, D. Diego Hurtado de Mendoza (nieto de doña Juana de Pimentel y D. Álvaro de Luna).
Por otro lado, hay constancia de otra Iglesia construida anteriormente que, en los inicios del poblamiento de Arenas, fue dedicada a la Virgen Madre de Dios como “Iglesia de Santa María”. Se estima que este templo data de 1332, siendo Sumo Pontífice Juan XXII, puesto que, por un buleto (pequeña bula), firmado por arzobispos y obispos, se concedían indulgencias a la Iglesia de Santa María de Arenas en algunos determinados días festivos.

Historia

La Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción es un templo orientado, es decir, su muro principal, donde se cobija el Sagrario, está mirando a Jerusalén.
Posee dos entradas que se abren a las naves laterales, una al norte y otra al mediodía, ambas con sencillo arco apuntado que podría pertenecer al período inicial de la iglesia (S. XIV). En la portada meridional consta que, en 1503, se reunía el concejo de la villa.
A mediados del siglo XVI se construye la Torre de Santa Bárbara, de estilo renacentista que luce en la parte occidental del mismo templo.

Exterior

TORRE RENACENTISTA

Obra realizada por Lucas Giraldo y Juan Rodríguez en el siglo XVI. Está adosada al muro de la parte sur del edificio. De forma cuadrangular, rompe su monotonía con un cuerpo cilíndrico adosado en su lado norte, que alberga una escalera de caracol de 73 peldaños, seguido de otro cuerpo similar pero más estrecho de 92 escalones, estos también de caracol.
Mide 40 metros de altura por 10 de ancho y se adorna con cuatro impostas corridas que nos marcan otros tantos pisos.
En su interior se encuentra en el coro alto un órgano tubular del siglo XVIII de escuela toledana. Es de transmisión mecánica con consola de ventana y muestra las características típicas del órgano barroco ibérico. De los 801 tubos que tenía en su origen, actualmente conserva 618, mayoritariamente en estaño. De estos tubos, 135 no son originales. Su caja es barroca con abundante decoración. Su colorido era sobre tono verde, rojo, ocre y dorado. Los laterales y la espalda del órgano están cubiertos por una celosía. El pedestal abarca la anchura de las tres calles centrales del cuerpo superior y está dividido en varios casamientos separados por pilastras que sostienen guirnaldas, con una serie de molduras que tienen cuerpos geométricos o guirnaldas y volutas.
El cuerpo superior se divide en cinco castillos en forma de pirámide escalonada, separados por pilastras con vegetales y cintas talladas doradas. La parte superior de los castillos está formada por tallas doradas en la madera. Los castillos rematan con un friso de cuadros y rombos pintados en las calles pares y una cornisa. Encima, sobre las pilastras, exornos florales dorados en los extremos y querubines soplando sendos tubos en los otros. Se remata el conjunto con un gran copete sobre el castillo central.
El órgano, actualmente se utiliza y ha sido restaurado en 2019.

Interior

Capilla mayor de Presbiterio

La capilla mayor o el presbiterio del tempo, es de planta cuadrada. Tiene un testero plano del que se han aprovechado restos del templo anterior. Su techumbre es más baja y de proporciones más pequeñas que el resto.
Está presidida por un gran cuadro de la Asunción de María, titular del templo. Cuadro que pertenece a la escuela madrileña del XVIII. Está escoltado por dos tallas de arcángeles de tamaño natural: San Miguel y San Rafael, pertenecientes también al siglo XVIII.
En 1940 el artista talaverano Ruiz de Luna dio color a los 2500 azulejos que adornan la parte media alta de esta capilla, representando un cielo en el que abundan ángeles entre nubes dando escolta a la Virgen. En un doble friso corrido de más de 1100 azulejos, acompañan a la Virgen catorce santos de la diócesis de Ávila, siete mártires y siete confesores, obra también de Ruiz de Luna.
En su centro, tras el altar granítico, se encuentra un templete neoclásico de estilo versallesco que rememora en miniatura el Templo de Salomón. Data del siglo XVIII y procede del oratorio del Palacio del Infante Don Luis de Borbón. En su interior se ubica el Sagrario realizado en oro y plata por Lázaro Gumiel en 1948.
Todo el presbiterio está rodeado en su parte baja por una sillería de madera de castaño de gusto neo-renacentista. Se compone de 25 sitiales, con sus brazos y asientos giratorios. La construcción de esta sillería se debe a artesanos ebanistas arenenses, así como su posterior restauración.

Cuerpo del Templo

El cuerpo de la iglesia está repartido en tres naves, la central es ligeramente más elevada y ancha que las laterales. Dieciséis columnas a modo de palmeras extienden sus nervaduras por toda la techumbre, ofreciendo al visitante la grandiosidad de los templos góticos.
Está considerada una de las primeras iglesias góticas denominadas “de salón”, y es única en la Diócesis de Ávila.
En 1950, el pintor Martínez Vázquez, vecino de Guisando, decoró el fresco sobre el arco de triunfo central de la iglesia, representando a la Virgen del Pilar en su aparición a Santiago Apóstol.
Los frescos laterales fueron realizados por el dominico Julio Ibáñez en 1966, que representan la trasverberación de Santa Teresa de Jesús y la Impresión de las llagas a San Francisco.
A los pies de los frescos de Ibáñez, nos encontramos a los dos patronos de Arenas.

 

LA VIRGEN DEL PILAR

Por un lado, la talla de la Virgen del Pilar, aparecida en el siglo XI. La talla, construida en madera fina, se encuentra íntegra, es decir, sin manto ni vestido, todo ello para poder apreciar su gran valor artístico.
Se muestra en posición sedente. En la parte izquierda de su regazo se encuentra su hijo, el Niño Jesús, al que ampara con la mano por la espalda. En la diestra empuñaba una esfera como símbolo del todo, del poder y la perfección, esta fue sustituida por un ramo de flores, y en la actualidad vuelve a sus orígenes.
La imagen mide 55 centímetros. La efigie reposa sobre un llamativo pilar de 23 centímetros. Dicho pilar descansa sobre otra columna dorada con un águila. Encima de él se encuentra una media luna de plata que simboliza a María concebida sin pecado original. Entre el águila y la columna hay una cabeza deforme que representa el mal, la tentación y la envidia. Esta composición simboliza el pecado original cometido por Eva y redimido por María, quien triunfa firmemente sobre el mal al que pisa.

SAN PEDRO DE ALCÁNTARA

Por el otro lado, nos encontramos la talla de San Pedro de Alcántara, realizada en el siglo XIX, que sustituyó a otra más antigua del S. XVII, hoy desparecida. Es una talla de madera y representa al santo descalzo, con rostro enjuto y cabeza calva. Aparece posando en el pecho su mano derecha, mientras contempla una calavera, que sostiene con la izquierda, de la que penden además unas disciplinas.

EL CRISTO DE LAS AGUAS

Talla de la segunda mitad del siglo XIV de estilo romano-gótico. Hecha en madera de corazón de caña, representa a Cristo crucificado en postura paciente y serena. Un Cristo muerto en la cruz. Se trata de una estructura perfecta con la cabeza inclinada hacia el lado derecho, luciendo una gran corona de espinas y tres rayos de luz, símbolo de su divinidad como segunda persona de la Santísima Trinidad.
Esta imagen era sacada en rogativa cuando se producían sequías, plagas o epidemias para implorar de ella la lluvia o la salud tan deseada.
Se cree que esta imagen perteneció a la primitiva iglesia del S. XIV (1395).

Restauración y Reconstrucción

La iglesia primigenia de mediados del siglo XIV fue ampliada y reformada en los siglos XV y XVI por los Duques del Infantado.
En los años 40 y 50, el párroco Don Marcelo Gómez Matías realizó muchas de las reformas que, actualmente vislumbramos, sobre todo, en el presbiterio y los frescos.
Ya entrados en el milenio se sustituyeron los ventanales por vidrieras realizadas por un prestigioso vidriero segoviano en 2008 por encargo del entonces párroco Don Javier Navarro Gómez. Estos ventanales se pueden contemplar en la zona sur de la iglesia, así como el de la capilla del Baptisterio, adornados con estas vidrieras que representan a la Virgen del Pilar de Arenas, San Pedro de Alcántara, Santa Teresa de Jesús y símbolo Bautismal respectivamente.
Siendo párroco D. Cruz Herráez Díaz se revocó toda la fachada del templo, que estaba cubierta de mortero, dejando a la vista su piedra original.
En julio de 2018 se inauguran las visitas oficiales guiadas a la torre de la iglesia.
En el invierno de 2019 se restauró el Órgano del templo.