Iglesia de Ntra. Sra. del Amor Hermoso

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Iglesia de Ntra. Sra. del Amor Hermoso

Historia

Situada en la Plaza de las Monjas de Arenas de San Pedro, la Iglesia de Nuestra Señora del Amor Hermoso, en sus inicios, estuvo integrada en el Convento de San Juan Bautista de Carmelitas Descalzas. Este convento fue construido entre los años 1591 y 1594 por orden testamentar de Doña Magdalena de Frías y de Arias, pese a la negativa de Santa Teresa al tener que depender del convento ordinario, y, por tanto, del Obispo Diocesano. El convento fue construido por Don García de Frías, clérigo y por Don Fernando de Arias Valderrama, siguiendo la regla primitiva sujeta a la dependencia del Ordinario de la Diócesis.
Alegando poca renta, penuria económica, y la lejanía con respecto a conventos de la jerarquía Carmelita Masculina, la comunidad de Carmelitas Descalzas se traslada al convento de Guadalajara en el 1615. En el año 1623 las Madres Agustinas Recoletas junto con religiosas provenientes del Convento de Salamanca, lo ocupan de nuevo durante los siglos XVII y XVIII.
La comunidad cae en decadencia con la invasión francesa y con la quema del convento por las tropas invasoras en el 1809. Fue abandonado en 1822 y la comunidad se trasladó a Colmenar de la Oreja en aras de subsistencia.
En 1836 fue ligado a la Parroquia, de tal manera que, desde entonces, esta pequeña iglesia es el templo arenense más importante después de la Parroquia.

Arquitectura

La Iglesia es de planta rectangular, y está rematada por una gran cúpula de estilo renacentista en la capilla del Altar Mayor.
En 1790 fue restaurada por el obispo de Ávila Fray Julián de Gascueña. De esta fecha datan los cuatro medallones en pintura que, bajo la cornisa de la cúpula, embellecen las cuatro pechinas de la capilla mayor. Los dos medallones que están en la cabecera representan a San Agustín (lado izquierdo) y a San Domingo de Guzmán (lado derecho); los otros dos personajes no son identificables, ya que no se ha seguido la norma habitual de representación.
Detrás del altar, se encuentra un retablo clasicista del siglo XVIII, que consta de doble banco-predela, tres calles y ático. Separando las tres calles, se encuentran cuatro columnas romanas, de capiteles compuestos. En el centro del retablo se encuentra la hornacina que alberga la talla de Nuestra Señora del Amor Hermoso. A los lados, hornacinas de menor tamaño albergando, a San Juan Bautista, a quien está advocada la iglesia, y a un santo agustino. El retablo se remata con friso, cornisa y frontispicio, en el que se observa un gran medallón con escudo de la familia fundadora, igual, al que se encuentra tallado en piedra a la entrada del templo.
Contemplamos dos retablos colaterales de similares características al retablo central. En el de la izquierda nos encontramos a una santa monja Agustina y a Santa Gema, y en el retablo de la derecha a un santo mártir agustino y Santa Rita.
En la misma nave del templo nos encontramos púlpito realizado en granito del siglo XVIII donde se encuentra Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, custodiado por la Hermandad que lleva su nombre y que procesiona todos los miércoles santos. Una imagen de 1954 de tamaño natural con las manos atadas por delante y abiertas. Con barba oscura, pelo negro y natural, coronado de espinas. El aspecto de su rostro es bello, con la mirada hacia el suelo en actitud de sumisión, la boca entreabierta y un pecho hinchado en un suspiro de dolor, descalzo y sangrante, cubierto por una túnica morada y ceñido con cordón dorado.
Frente a este, un Cristo de espinos realizado en hierro y madera por el escultor José Espinos Alonso. Donado por la familia Sánchez Martín de Lanzahíta.
Se colocaron dos vidrieras en los dos ventanales de la fachada oeste, luciendo en la parte exterior de la misma un mosaico de azulejo que representa a San Agustín.