Santuario de San Pedro de Alcántara
A 3 kilómetros de Arenas, siguiendo el cauce del arroyo Avellaneda se encuentra el Santuario de San Pedro de Alcántara. Antes de llegar, a 250 metros aproximadamente, una cruz de piedra señala, según la leyenda, la impronta dejada por la mano de San Pedro, tras un alto en el camino.
La fe en el Santo ha sido tal que, desde su construcción, el santuario ha sido centro de peregrinación tanto de los nobles como de la gente sencilla. El 19 de octubre acuden hombres, mujeres, niños y niñas, tanto de Arenas como de toda la comarca, incluyendo a aquellos que se desplazan desde La Vera y, de la campana de Oropesa, donde también residió San Pedro. Acuden al santuario para cantar las alabanzas del Santo y sacar su estatua en procesión por el campillo. Actualmente, la gente también conoce sus milagros y acude cada día a invocar su ayuda.
Después de la procesión y, para conocer mejor la vida del Santo, muchos peregrinos visitan el Museo Sacro Alcantarino en el que se guardan una serie de documentos de diverso carácter relacionados con la vida y la época en la que vivió San Pedro de Alcántara.
Historia
En un sitio apartado del término arenense, donde se encontraba una ermita dedicada a San Andrés del Monte, fray Pedro de Alcántara mandó edificar un pequeño convento para que los frailes se dedicasen a la contemplación y a la vida de penitencia dentro de la línea de ascetismo que él propugnaba entre los miembros de su Orden.
La pronta muerte del fundador, que ocurrió en la Enfermería que entonces existía en Arenas -hoy residencia de ancianos- cambió el destino que el fraile extremeño había trazado para este convento y lo convirtió en centro de devoción, no sólo de los naturales del Valle del Tiétar, sino de personas de muy distinta clase social que acudían de los lugares más apartados de España.
En el siglo XVIII, con la ayuda de Carlos III y sobre planos de Ventura Rodríguez, se levanta el complejo alcantarino que ha llegado hasta nuestros días. Fue el último convento que erigió el Santo. En 1617 el Ayuntamiento de Arenas de San Pedro reconoció a Pedro de Alcántara como su patrón. Unos años después, 18 de abril de 1622 es beatificado y reconocido oficialmente como patrón.
En 1776 fueron trasladados los restos del santo de forma solemne.
En 1972 fue declarado Monumento histórico-artístico nacional.